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European Solidarity Corps

The power of together

Inclusión y Diversidad: Mi experiencia de Voluntariado Europeo

In the society in which we live, immersed in artificial networks which connect us, inform us and perhaps also misinform us, it is essential to work with young people to achieve a committed society ...



Inclusión y Diversidad: Mi experiencia de Voluntariado Europeo

Emily, de Italia, trabajó como voluntaria en la ONG Kifkif en Madrid (España) entre septiembre de 2018 y junio de 2019, donde primero trabajó en escuelas secundarias para hablar sobre el colectivo LGTB, educación sexual, migración, y la situación de los refugiados. Más tarde, se involucró activamente en el sector de la salud sexual haciendo pruebas rápidas de VIH.

¡Hola a todo el mundo!

Me llamo Emily, tengo 25 años, soy de Italia y os vengo a contar mi experiencia al estar casi acabando mi proyecto de voluntariado de 10 meses en Madrid.

Después de haber acabado el Master en Filosofía en la Universidad de Bolonia, entre las ganas de hacer una experiencia al extranjero, mejorar mi nivel de español y hacer una experiencia de formación práctica en un ámbito de mi interés, decidí que había llegado el momento de hacer un Servicio de Voluntariado.

Aunque llevaba tiempo mirando la página web de European Solidarity Corps, no me atreví a enviar una solicitud hasta que encontré el proyecto que proponía la asociación Kifkif, palabra que del árabe significa “entre iguales”. Al leer su propuesta, su misión, sus acciones y su compromiso con la comunidad migrante y refugiada LGBTI+, comprendí que era el proyecto perfecto para mí. Entre los motivos principales que me empujaron a presentarme estuvieron mi compromiso personal con la comunidad LGBT+, el activismo en la defensa de los derechos humanos y las ganas de realizar un voluntariado que pudiera ser, siendo un granito de arena entre varios, de beneficio para la sociedad.
En mayo de 2018 supe que Kifkif me había escogido e inicié mi proyecto en septiembre con una ganas e ilusión que todavía recuerdo y sigo teniendo.

En estos meses he estado colaborando en las diferentes áreas de la entidad, involucrada principalmente en el área de educación. Uno de los aspectos claves de la entidad es el fomento de la enseñanza desde el respeto de la diversidad.

El proyecto de Kifkif parte de una metodología transversal que pretende abordar las diversas realidades que interseccionan procedencias socio-culturales, orientación sexual, expresión e identidad de género. Entre las muchas acciones educativas que lleva a cabo  Kifkif, la realización de talleres en los centros escolares es un pilar fundamental. La mediación y la prevención del bullying  por LGTBI+fobia o racismo son los dos ejes en los que se centra en la promoción de la diversidad. El objetivo es fomentar empatía y respeto en un mundo donde toda persona es diferente y cada intersección es un valor añadido y enriquecedor para la sociedad.

En el área de salud, después de haber recibido una formación específica, he estado apoyando en la realización de pruebas rápidas de VIH, en las campañas de sensibilización y en el reparto de material preventivo para la salud sexual.
En estos meses he estado apoyando también de forma puntal el área social en los grupos de socialización de Kifkif, realizando actividades para descubrir la ciudad, mejorar el idioma y compartir experiencias. En último he colaborado activamente con la red de voluntariado local, compartiendo y aprendiendo muchísimo de las demás personas voluntarias.

Tanto a la llegada como a la mitad del proyecto, tuve que participar a unas formaciones, la primera en Cercedilla, lugar de montaña muy bonito en la Comunidad de Madrid. Y la segunda en Mollina, al sur de España, cerca de Málaga. Considero que ambas formaciones hayan sido de grande interés y soporte al proyecto. Por otro lado, creo que lo más interesante haya sido tener la oportunidad de conoscer personas maravillosas de diferentes países, entenderse aunque se hablen diferentes idiomas, construir redes y compartir ideas, proyectos, conocimientos sobre otros intercambios etc..

Empezar una experiencia de voluntariado en el extranjero puede parecer un gran reto al tener que comunicarse en otro idioma y enfrentarse a otros hábitos. Sin embargo, el mayor miedo que tenía era el de impartir talleres sola a una clase de adolescentes en un idioma que no es el mío. Ahora es lo que hago casi todos los días, impulsada por  mi compromiso con la educación en la diversidad. Mi peor miedo se ha convertido en una capacidad que desconocía tener.

Creo que el compromiso hacia la inclusión social, el conocimiento de la pluralidad de diferencias y la prevención del bullying LGBTIfóbico y racista deben ser ejes de reflexión tanto en las aulas de los centros escolares, lugares de crecimiento y educación por excelencia, como en propuestas e iniciativas que sensibilizan la ciudadanía en sus varias franjas de edad.

A partir de mi experiencia como voluntaria en Kifkif me siento muy orgullosa de actuar por el fomento de la diversidad y de la salud sexual, la lucha de los derechos de las personas migrantes y refugiadas del colectivo LGTBI+, así como la acción que llevamos a cabo a diario en los centros escolares.

En la sociedad en la que vivimos, sumergidos de redes ficticias que nos conectan, nos informan y tal vez desinforman, creo que es esencial actuar en la población joven como herramienta de cambio de una sociedad que se compromete en la inclusión de toda diversidad.

Como voluntaria europea puedo decir que esta experiencia, en una ciudad tan diversa como es Madrid, está siendo cada día un descubrimiento y un aprendizaje tanto personal como profesional.

Profesionalmente creo que gracias a esta experiencia he aprendido a trabajar tanto en equipo, como a gestionar pequeños proyectos sola. Creo haber mejorado en la comunicación y escritura en lengua castellana así como, entre lo que veía como mayor desafío, en la fluidez hablando en público.  

Entre los que considero logros personales, por ejemplo, salir de mi espacio de confort, aprender no solo teórica si no más bien prácticamente desde la experiencia y el compromiso de las demás personas, así como acercarme a culturas diferentes tanto dentro como fuera de Europa, me han hecho dar cuenta de que hay cosas increíbles en el mundo que no descubriremos hasta que no nos involucremos y apreciemos la diversidad en todas sus formas. En estos meses he oído historias de vida de las más diferentes y, por cada una de ella, siempre me llevaré algo conmigo.

Espero que muchas otras personas jóvenes en algún momento de su vida puedan vivir una experiencia de voluntariado en el extranjero, movidas por el conocimiento de nuevas realidades, motivadas por descubrir nuevas capacidades e impulsadas en la promoción de la igualdad.

Inclusion and diversity: my European voluntary service experience

Emily from Italy volunteered at the NGO Kifkif in Madrid, Spain, from September 2018 to June 2019, where she firstly worked in high schools to talk about LGTB people, sexual education and the migration and refugee situation. Later on, she became active in the sexual healthcare sector doing HIV speed tests.

Hello everyone!
I am called Emily, I am 25 years old, I come from Italy and I am going to tell you about my experience, having almost completed my 10-month voluntary service project in Madrid.
After finishing my Master’s degree in philosophy at the University of Bologna, my desires to gain experience abroad, improve my Spanish and undertake practical training in an area of interest to me saw me decide that the time had come to do voluntary service.
I had been keeping an eye on the European Solidarity Corps website for some time, but I did not dare to apply for anything until I came across the project being offered by the association Kifkif, an Arabic word meaning ‘among equals’. When I read their proposal, their mission, their activities and their commitment to the LGBTI+ migrant and refugee community, I knew that it was the perfect project for me. The main reasons why I applied included my personal commitment to the LGBT+ community, activism in defending human rights, and my desire to do a voluntary service project which might — if only as a small cog in the wheel of something much bigger — be of benefit to society.
In May 2018, I heard that Kifkif had selected me and I began my project the following September, full of enthusiasm and excitement which I remember to this day and continue to feel.
In the past months, I have been collaborating in the various areas of the organisation, being involved chiefly in the area of education. One key aspect of the organisation is promoting education in respecting diversity.
The Kifkif project is based on a cross-cutting approach aimed at broaching the different realities at the intersection of different socio-cultural backgrounds, sexual orientations, and gender expressions and identities. Running workshops at schools is a fundamental pillar of Kifkif’s many educational activities. Mediating in and preventing bullying stemming from LGBTI+ phobia or racism are the two main axes of our promotion of diversity. The aim is to foster empathy and respect in a world in which everyone is different and every intersection adds value to society and enriches it.
In the area of health, having received special training, I have been assisting in the performance of quick HIV tests, in awareness-raising campaigns, and in distributing sexual protection supplies.
I have also been helping out in the social domain on an ad-hoc basis in Kifkif’s socialisation groups, running activities aimed at discovering the city, improving language skills and sharing experiences. Lastly, I have been actively involved in the local volunteers network, sharing and learning a great deal with and from other volunteers.
Both on arrival and then again half-way through the project, I had to participate in training, the first time in Cercedilla, a very pretty mountainous place in the Community of Madrid, the second time in Mollina, near Málaga, in the south of Spain. I found both sets of training very interesting and helpful to my project. Besides this, I think the best things were having the opportunity to get to know wonderful people from a range of countries, understanding one another although we spoke different languages, forming networks, and sharing ideas, projects, knowledge about other exchanges, etc.
Starting voluntary service abroad can feel very daunting, because of having to communicate in a foreign language and encounter other customs. However, my biggest fear was the fear of leading workshops by myself for a class of teenagers in a foreign language. That is what I now do on an almost daily basis, spurred on by my commitment to diversity education. My worst fear has turned into a skill I didn't know I had.
I believe that a commitment to social inclusion, knowledge of the plurality of differences, and the prevention of LGBTI+-phobic and racist bullying must be broad themes for reflection in the classroom and in places providing education fostering excellence, as well as in proposals and initiatives raising awareness among the different age-groups in society.
I feel very proud to be involved — through my volunteer work at Kifkif — in the causes of fostering diversity and sexual health, fighting for the rights of LGBTI+ migrants and refugees, and our daily work in schools.
In the society in which we live, immersed in artificial networks which connect us, inform us and perhaps also misinform us, I believe that it is essential to work with young people as a tool for change to achieve a society committed to the inclusion of diversity in all its forms.
I can say that, in a city as diverse as Madrid, the experience of being a European volunteer has been one of daily discovery and learning, both on a personal and on a professional level.
Professionally, the experience has taught me how to work in a team and to manage small projects alone. I think my spoken and written Spanish have improved, including my fluency in public speaking, which I saw as a particular challenge.
My personal achievements — for example, going beyond my comfort zone, learning not only theoretically but instead practically from the experience and commitment of other people, and reaching out to different cultures in Europe and beyond — have made me realise that there are incredible things in the world which we will not discover until we get involved and appreciate diversity in all its forms. During my voluntary service, I have heard the most varied life stories and I will take something away with me from each and every one of them.
It is my hope that many other young people will, at some stage in their lives, be able to experience volunteering abroad, moved to get to know new realities, motivated to discover new skills and driven to promote equality.