Leipzig, bastión de la música clásica alemana, es la ciudad en la que nació y se formó Richard Wagner. Bach trabajó aquí entre 1723 y 1750 y su legado se conmemora con el Concurso Internacional Johann Sebastian Bach y el festival musical Bachfest. La música forma parte del alma y la identidad de la ciudad y durante siglos ha atraído a músicos e instituciones musicales. Como resultado de ello, nueve lugares con importancia musical repartidas por la ciudad —desde iglesias hasta centros educativos— recibieron el Sello de Patrimonio Europeo. Estos lugares, conocidos colectivamente como sitios del patrimonio musical de Leipzig, representan distintas fases de la historia musical de la ciudad y son un escaparate de las diversas actividades musicales que tienen lugar en la ciudad desde el siglo XIII. Mientras estés en la cuidad, pasea por Leipziger Notenspur, la ruta musical de 5,3 km que recorre, entre otros, el Museo de Instrumentos Musicales y la Arabian Coffee Tree, la cafetería más antigua de Leipzig. La ciudad también acoge el Leipziger Improvisationsfestival für Alte Musik, es decir, el festival de improvisación de música antigua de Leipzig, un festival que considera las prácticas de improvisación históricas como elemento del patrimonio cultural y que acoge una combinación de conciertos, talleres y encuentros informales de improvisación musical. Además, quizá te apetezca asistir a Melt!, Full Force y Splash!, tres festivales que se celebran al norte en el espacio al aire libre Ferropolis. Ferropolis es un museo vivo, repleto de impresionante historia industrial, que representa un telón de fondo excepcional para conciertos y eventos.
Conocida en Alemania como «la puerta al mundo», Hamburgo es la segunda ciudad más grande del país. Fue una de las ciudades fundadoras de la Music Cities Network (Red de Ciudades Musicales), una asociación internacional que une a las ciudades musicales y a los responsables políticos. La ciudad también fue el lugar de nacimiento de la Hamburger Schule (Escuela de Hamburgo), un movimiento musical que allanó el camino para la música pop en alemán. Dos de sus distritos, Speicherstadt y Kontorhaus, son sitios del Patrimonio Mundial de la Unesco. Mientras estés en la ciudad, asegúrate de visitar la zona de St. Pauli, que también es famosa por sus numerosos clubes musicales, donde muchos músicos, como los Beatles, empezaron su carrera. También puedes descubrir a los ganadores de los premios «La Música Mueve Europa» en el festival anual Reeperbahn. Por último, no te pierdas la Elbphilharmonie, el nuevo lugar emblemático de Hamburgo: una sala de conciertos en un antiguo almacén portuario. También merece la pena mencionar el festival Wacken Open Air, uno de los festivales de música heavy metal más icónicos del mundo, que se celebra cerca de Hamburgo.
La música siempre ha sido una parte importante del ADN cultural de Aarhus. La ciudad forma parte de la Music Cities Network (Red de Ciudades Musicales) y fue coronada Capital Europea de la Cultura en 2017. Desde los grandes conciertos del Musikhuset Aarhus hasta los conciertos de rock en el VoxHall, hay opciones para todos los gustos musicales. El Festival de Aarhus consta de más de 1 000 eventos durante diez días en los que participan artistas locales e internacionales y que atrae a personas de todas las edades, convirtiéndose así en el evento cultural más grande del norte de Europa. La ciudad también acoge el Festival de Jazz de Aarhus, un festival de ocho días en el que se celebran cientos de conciertos por toda la ciudad, muchos de los cuales son gratuitos. Para recibir una dosis de historia, visita Den Gamle By, un enorme museo al aire libre que parece un laberinto que recrea la vida danesa en los siglos XVIII y XIX. Una visita a Aarhus no está completa sin caminar por el Rainbow Panorama, una galería circular de 150 metros ubicada sobre el ARoS Art Museum.
Roskilde es una ciudad de gran riqueza cultural que es sinónimo de festival de música. Los principales eventos musicales tienen lugar durante un período de cuatro días, aunque puedes acceder al recinto antes de que comience el festival para disfrutar del ambiente. El Festival de Roskilde es el más grande de los países nórdicos y es tan importante para la ciudad que sembró la semilla para el Musicon, un centro musical situado en una antigua fábrica de cemento. Lo que es más, el festival no lo organiza la propia ciudad, sino la Roskilde Festival Charity Society, una organización sin ánimo de lucro que ha donado más de 55 millones de euros a proyectos humanitarios, culturales y sin ánimo de lucro por todo el mundo desde 1971. Cuando estés en Roskilde, no olvides visitar Ragnarock, un museo dedicado a la música rock y pop y a la cultura juvenil.
Situada junto al Mar Báltico, en la costa este de Suecia, Norrköping fue importante durante la Revolución Industrial. Ciudad de la Música de la Unesco desde 2017, tiene una rica escena musical en la que convergen géneros desde la música clásica hasta la electrónica. La Orquesta Sinfónica de Norrköping es una de las más famosas de Escandinavia, y cuenta con ochenta y cinco músicos.
Norrköping integra activamente sus sectores cultural y creativo en su desarrollo urbano. La antigua sala de conciertos Hörsalen se está transformando en un centro musical para los jóvenes y el sector musical apoya a la comunidad inmigrante brindándole oportunidades laborales.
Fundada en 1621 como centro de pesca comercial, Gotemburgo es la segunda ciudad más grande de Suecia y una de las ciudades fundadoras de la Music Cities Network (Red de Ciudades Musicales). Tiene una dinámica tradición musical y es el lugar de nacimiento de muchos músicos de renombre, entre ellos el miembro de ABBA Björn Ulvaeus y el cantante y compositor José González. Las tradiciones musicales de la ciudad se reflejan en el Festival Way Out West, un evento de tres días en el que participan músicos y grupos emblemáticos, cuyos géneros musicales van desde el hiphop al rock alternativo y la música electrónica. Los esfuerzos de la ciudad por aumentar la accesibilidad del transporte, la vivienda y el empleo para las personas con discapacidad y las personas mayores fueron recompensados en 2014 cuando ganó el Premio Ciudad Accesible de la UE. Pasea por sus canales y descubre Feskekôka, el histórico mercado de pescado con su inusual forma de iglesia. Luego, detente y date el capricho de experimentar la costumbre sueca de la «fika», una pausa para tomar café y comer pasteles acompañado en Haga. Este barrio, que según la planificación original sería el primer barrio periférico de Gotemburgo en el siglo XVII, ahora es una de las zonas que no te puedes perder del centro de la ciudad, con sus calles empedradas y sus casas de madera del siglo XIX perfectamente conservadas.
Stavanger, Capital Europea de la Cultura en 2008, acoge varias celebraciones musicales anuales, como festivales de música jazz, folk y rock, entre otros Quizá el más famoso sea el Stavanger International Chamber Music Festival, en el que solistas de renombre internacional actúan junto con nuevos talentos.
Para recibir una dosis de historia, visita Gamle Stavanger, una pequeña zona histórica en la que hay más de ciento setenta edificios de madera bellamente restaurados de los siglos XVIII y XIX. ¿Necesitas conectar con la naturaleza? Da un paseo en barco para disfrutar del Lysefjord y Pulpit Rock («El Púlpito»), que se encuentran a 600 m de altura.
