Larissa, repleta de historia, pero con la mirada puesta en el futuro, adopta ideas audaces y enfoques progresistas en plena consonancia con los valores e iniciativas de la Nueva Bauhaus Europea.
En 2021, el Ayuntamiento de Larissa puso en marcha un concurso internacional de ideas para el diseño de la zona que rodea el primer teatro antiguo de la ciudad. Elemento fundamental de la antigua cultura griega, los bulliciosos teatros eran el núcleo de la vida social. Además de los teatros, un simple paseo de cinco minutos te dará una indicación de la rica y variada historia de Larissa, desde la antigua Grecia hasta el Imperio Otomano. Los mercados textiles, conocidos como bezestenis —del árabe algodón (bez) y comerciantes textiles (bezzaz)—, eran una parte fundamental de la vida urbana otomana, lo que muestra que la ciudad fue un importante y animado centro comercial. El bezesteni de Larissa se construyó entre finales del siglo XV y principios del XVI y, aunque hoy solo quedan cuatro muros de piedra, en su día albergó veintiuna tiendas.
Larissa es una sugerente mezcla de culturas que contrastan, tanto antiguas como nuevas, y su enfoque innovador la está transformando en una ciudad moderna sobre cimientos antiguos. Es también una CLEVER City que utiliza la innovación y la creación conjunta para regenerar su paisaje urbano con medidas basadas en la naturaleza.
Siguiendo los valores que encarna la Nueva Bauhaus Europea, Salónica está yendo aún más allá al dar a su arquitectura tradicional un giro moderno. Uno de los sitios más de moda de la ciudad es el Aigli Geni Hammam, una antigua casa de baños turca que ha sido rediseñada y ahora alberga un cine y, en invierno, fiestas que duran toda la noche. En el animado barrio de Valaoritou, puedes visitar el Three Pieces speakeasy, una taberna con un bar escondido y un fotomatón. Cerca del casco antiguo, encontrarás los jardines Pasha, un misterioso parque de origen desconocido que contiene numerosas estructuras de piedra, formas y símbolos crípticos.
Si te gusta el arte, no olvides visitar la Organización Metropolitana de Museos de Artes Visuales de Salónica, que acoge fascinantes exposiciones que van desde la fotografía a la Vanguardia rusa.
Además de un centro cultural, Salónica es un modelo de sostenibilidad. En 2021, la ciudad adoptó un Plan de movilidad urbana sostenible para redistribuir el espacio público y crear más rutas peatonales. El Laboratorio viviente de movilidad inteligente es pionero en Europa a la hora de utilizar la tecnología para mejorar la movilidad urbana. Y para promover el turismo sostenible, la ciudad ha puesto en marcha una tarjeta turística sostenible que anima a realizar actividades de bajas emisiones, como visitas guiadas a pie. No olvides recoger tu tarjeta cuando visites la ciudad.
La capital de Macedonia del Norte es una ciudad única y encantadora. Skopie, que prospera hoy con los valores y objetivos de la Nueva Bauhaus Europea, es la primera ciudad de Macedonia del Norte en formar parte de la red de Ciudades Verdes. Compacta e ideal para pasear, tiene mucho que ver, por ejemplo, Čaršija, la antigua ciudad otomana sobre una colina, o el Puente del Arte, adornado con estatuas de destacados artistas y músicos macedonios.
La sostenibilidad es una cuestión en auge en Skopie, como pone de relieve la organización juvenil Go Green. Esta organización ha puesto en marcha la iniciativa «De puerta a puerta»: una empresa social que utiliza un modelo de gestión sostenible de los residuos para mejorar la inclusión social de recolectores informales de residuos en la ciudad. Skopie fue finalista en el Premio Europeo de Movilidad 2016 gracias a su innovador servicio municipal de uso compartido de automóviles.
En 1963, un devastador terremoto obligó a la ciudad a someterse una reconstrucción total, lo que dio lugar a extraordinarios ejemplos de arquitectura moderna. Uno de ellos es la oficina central de correos, diseñada por Janko Konstantinov. Construida en un moderno estilo brutalista, el edificio tiene formas atrevidas e inusuales que sobresalen de su fachada. La ciudad cuenta también con casi trescientas estatuas y estructuras, desde figuras históricas hasta obras de arte abstracto, y una Cruz del Milenio de 66 m de altura.
Niš es una embriagadora mezcla de diseño histórico de los Balcanes, arquitectura brutalista y postsocialista, y rediseño creativo de espacios urbanos donde podrás experimentar la verdadera esencia de la Nueva Bauhaus Europea. Todos estos enfoques se combinan para transmitir ese sentimiento de bulliciosa ciudad rica en historia y cultura. Un ejemplo de ello es el Callejón de los Caldereros —la última calle que queda del antiguo bazar de Niš— en el que numerosas cafeterías y tabernas tradicionales, conocidos como kafanas, convergen en un crisol de turistas, estudiantes y residentes.
En 2005, Niš se convirtió en miembro de Energy Cities, una red de administraciones locales que trabaja para capacitar a las ciudades y a los ciudadanos para prepararse de cara a la vida en el futuro. En 2014, la ciudad adoptó el Plan de Acción para la Energía Sostenible del Pacto de las Alcaldías, un compromiso de los gobiernos locales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la adopción de soluciones de desarrollo urbano sostenibles y eficientes. Niš es también una de las seis Ciudades Europeas del Mañana, que lideran la transición hacia unas ciudades con bajas emisiones de carbono, resilientes y más habitables. En 2016, Niš organizó la primera Conferencia Internacional sobre Planificación Urbana, que reunió a académicos, investigadores y alcaldes para encontrar soluciones a los retos a los que se enfrentan las ciudades del siglo XXI. Niš es una ciudad sostenible con la mirada puesta en el futuro.
Cuando estés allí, acércate a la fortaleza construida por los turcos en el siglo XVIII (aunque ha habido fortificaciones en ese mismo lugar desde la época romana). Es un lugar ideal para pasar unas horas admirando la arquitectura y explorando su galería de arte y sus puestos de mercado, restaurantes y cafeterías. La fortaleza acoge también el festival de música de Nišville, así que, si te gusta el jazz, apúntatelo en tu calendario.
Belgrado es una de las ciudades continuamente habitadas más antiguas de Europa. Tiene una historia turbulenta: fue ocupada por los celtas, los romanos, el Imperio bizantino, el Imperio carolingio, el Impero búlgaro, el Reino de Hungría, el Imperio otomano y los Habsburgo, entre otros, antes de convertirse en la capital de Yugoslavia en 1918. Ha luchado en 115 guerras, ha sido arrasada en 44 ocasiones, bombardeada 5 veces y sitiada en incontables ocasiones. Visita la Iglesia de Ružica, donde encontrarás dos lámparas hechas con casquillos de bala, espadas y partes de un cañón de la Primera Guerra Mundial, un elemento decorativo muy acorde con el pasado de Belgrado.
Lo que hace que Belgrado sea especialmente relevante para la Nueva Bauhaus Europea es su arquitectura, que pone un fascinante énfasis brutalista en los materiales, las texturas y la construcción, con unas pequeñas dosis de hermosas influencias modernistas y neobizantinas. Algunos ejemplos destacados son los apartamentos tipo Lego de Blokovi, en Nueva Belgrado; la Oficina Central de Teléfonos, que parece flotar sobre el suelo, y la Torre Avala, con forma de cohete. Belgrado cuenta también con mercados ecológicos como el de Dorćol Platz, que venden productos sostenibles, ropa de segunda mano y materiales reciclados.
A pesar de su rica historia, Belgrado trabaja intensamente para modernizarse y construir una ciudad del futuro al servicio de todas las personas. En 2018, Belgrado se unió a la Red de Ciudades Verdes del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, y se comprometió a construir infraestructuras sostenibles y a adoptar un Plan de Acción Ciudad Verde.
Hogar del 65 % de la población de Islandia, Reikiavik tiene una próspera escena cultural y de diseño. Con increíbles paisajes y formaciones geológicas que parecen de otro mundo en torno a la ciudad y más allá de ella, la naturaleza tiene una gran influencia en el arte islandés. La famosa creatividad de su población se ha atribuido a su cultura progresista y a la falta de materiales naturales.
El diseño islandés es atrevido, innovador y experimental, y encarna el espíritu progresista y de sostenibilidad de la Nueva Bauhaus Europea. Su industria de la moda, que promocionan famosos como Björk (icono mundial del estilo), presenta un estilo extravagante enraizado en el compromiso ecológico y materiales como la piel de pescado o el mobiliario de roca de lava. Los prominentes artistas abstractos y vanguardistas Svavar Guðnason y Nína Tryggvadóttir son de Reikiavik.
Visita un lugar emblemático del paisaje urbano de Reikiavik, la sala de conciertos Harpa. Este edificio de bloques situado a orillas del mar, con su característica fachada de vidrio coloreado, fue diseñado en colaboración con el artista Olafur Eliasson. Harpa ganó el prestigioso Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea —Premio Mies van der Rohe— en 2013. Islandia es miembro del proyecto del laboratorio de la Nueva Bauhaus Europea «Bauhaus nórdica neutra en carbono».
Aunque Islandia no se considere un destino de sol, en las afueras de Reikiavik encontrarás Nauthólsvík, una playa artificial con arena dorada y una piscina climatizada. La entrada es gratuita en verano y cuesta alrededor de 5 euros el resto del año.